miércoles, 22 de febrero de 2012

Y entonces, te encontré a tí.





Supongo  que de ser yo una persona “normal”, en este momento estaría dándote un regalo de cumpleaños y diciéndote “mi amor” o alguna chorrada parecida...he visto que eso hacen las cursis más psicóticas… Te escribiría una dedicatoria tan larga como cursi plagada de sentimientos que parecen de plástico, lo pondría en una tarjeta rosa y estaría todo el día contigo… La última parte es la única que me gusta, francamente.
Pero no se puede, por equis, por ye o por zeta lamentablemente no pude estar hoy contigo, aunque con gusto hubiese faltado a clases para estar todo el día fastidiándote la paciencia, molestándote y hablando mil tonterías contigo.
Porque francamente, amo hacerlo.

Creo que te he demostrado, tanto con hechos como con palabras (que al fin y al cabo, suele llevárselas el viento), lo que siento por ti.
Y si, eres un imbécil, a veces me sacas la paciencia, me dan ganas de mandarte al carajo cuando te pones en plan Drama Queen, pero algo dentro de mi, la parte más voluble, quizá, me produce impulsos de darte un abrazo tratando de cambiar tu humor. Me encanta hacerte reír, me encanta tenerte cerca, golpearte y hacerte daño porque en el fondo, de un modo casi inconsciente, quiero dejar marcas en tu cuerpo, en caso de no poder dejarlas en tus recuerdos. No sé qué demonios me hiciste, si echaste algo en mi bebida la primera vez que salimos… o si simplemente es el hecho de ser tú.

Y me duele tanto que creas que voy a escupir a tu tumba. Creo que eso si sería una escena así re-dramática, yo en tu velorio estoy segura que armaría un drama hiper dramático tipo Homer Simpson cuando se le caen las rosquillas.


Me importas tanto que me has causado en algún momento celos y mira que yo celos jamás sentí de nadie…
Bueh, de mi madre cuando recién había tenido a Adriana, pero eso es otra cosa.

Me gustaría poder estar siempre contigo, abrazarte contra mi pecho cuando ya no quieres vivir y ponerme un sombrerito en la cabeza que dijera “motivo para vivir herepor motivos más egoístas que la mierda por tenerte conmigo todo el tiempo que me provocara. Me gustaría secar a besos cada una de tus lágrimas invisibles cada vez que las derramas, y saber coser para coger tu corazón y puntada a puntada reparar los daños que pueda ver…
Que supieras que a pesar de mis obsesiones tan intensas como pasajeras, de mis amores esporádicos, de TODO…

Quisiera que supieras que voy a estar allí para ti mientras lo necesites, mientras quieras que esté allí.
Que con las garras que no tengo te protegeré de lo que pueda e incluso de mí misma.
 Ah, tontuelo, me gustaria supieras que protegeré tu corazón aún a costa del mío.

 Quizá debí escribirte esto el 14 de febrero. Quizá nisiquiera debí escribírtelo, porque dejo al descubierto que dentro de mi aún vive eso que la gente llama ternura. ¡Vaya lío!
Pero bueno… feliz cumpleaños adelantado… mi amor (L)

1 comentario: