Latidos de un par de corazones al mismo ritmo, gotas de sangre invisible, risas imperceptibles y Shattered Faith sonando de fondo. Suaves respiraciones que se aceleran con el pulso, palabras desbordadas, negaciones sin sentido; temperatura que se eleva con la sinfonía de la dulce desesperación de tus besos, sabor a sangre que surge casi a la par con los susurros sin sentido de una persona con miedo a tomar decisiones, más risas.
Y claro está, mandarlo todo a la mierda.
Días así, donde todo y nada importa demasiado, molan.
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